Estamos en una época donde los gurús salen de debajo de las piedras. Das una patada y salen gurús, no uno, muchos. Es lo que tiene haber dado tanta importancia al fracaso. «El fracaso te enseña a como no tienes que hacer las cosas» o «he fracasado en 10 ocasiones, aplaudirme todos y besar por donde piso». El fracaso es un punto de partida para el éxito, pero no más que cualquier otro punto de partida. El fracaso es eso, un fracaso. ¿Aprendizaje? lo dudo, pero bueno, eso es de otro post. Cómo hay tanta gente que monta negocios y tanta gente que fracasa y se le da esa importancia al mismo, pues nada, ya tenemos otro gurú. Pero no todo es malo en esta proliferación de gurús, muchas conferencias y muchos foros donde se esmeran en decir cosas que sean de gurús, no sea que no vuelvan a llamarles.
No suelo ir a conferencias, pero el otro día estuve e un ciclo de conferencias para presentar fitBiz, nuestra plataforma de desarrollo de negocios e ideas y no recuerdo quién hablaba de los conflictos y seguramente justificando su fracaso decía cosas medio interesantes y que llevo defendiendo un montón de tiempo (también he fracasado un huevo, ergo, puedo ser un gurú), como que los conflictos no hay que evitarlos y ahondaba en la idea de que sin business, no hay problemas y sin problemas, no hay business.
Me gustó el planteamiento, pues se puede extrapolar a todo. Es algo con lo que he trabajado y que siempre lo he defendido. El progreso suele surgir del conflicto expuesto, puesto que el conflicto siempre existe, nunca se puede evitar, el problema es que se quiera trabajar en «modo conflicto» o en «modo ocultar el conflicto en la resolución de problemas». Conflictos, hay muchos, pero yo los resumiría en dos:
1. Los ideológicos (políticos, religiosos, filosóficos, …)
2. Los comunes (laborales, económicos, …)
En los dos casos, el conflicto no hace más que inyectar frescura al mensaje, es decir, si hay conflicto político, hay posibilidad de mejorar, si hay conflicto filosófico, hay posibilidad de argumentar sin que nadie salga victorioso al 100%. Los conflictos laborales acercan acuerdos y los económicos, suelen ordenar el sistema.
En el otro extremo, si no hay conflicto político, se llama dictadura (y lo hay, aunque oculto), si no hay conflicto religioso se llama inquisición. ¿Y qué pasa con los conflictos empresariales? Existen, y son apasionantes. Por ahora la empresa es vertical, es decir, el conflicto va subiendo poco a poco como el aceite en el agua hasta que llega al mando supremo, que acaba con él de un plumazo. En las mypes, este proceso es inmediato, vamos, son uno o dos trabajadores y se resuelve rápido, pero en el resto, esta resolución, suele ser más lenta. Y digo por ahora, porque vienen nuevos vientos de cambio, que costará que se implementen, pero que terminarán haciéndolo. Los comportamientos en la resolución de conflictos internos, serán horizontales, no verticales y digo serán, porque no hay más remedio que esa evolución se de. Por ahora no es posible, puesto que los nuevos cachorros que suben a los puestos altos de las empresas están más preocupados de mantenerse que de mejorar los procesos (esto, como todo lo anterior es una opinión).
Por tanto, la resolución del conflicto empresarial tiene que ver con:
A. Los procesos de trabajo. Si los procesos de trabajo te llevan hacia arriba, no hay más remedio que ir arriba a resolver el conflicto, pero si estos procesos son horizontales, auto-responsables, es un buen primer paso, aunque no suficiente. Por otro lado, si el conflicto sale del grupo (hay conflicto, generalmente si hay más de uno o si uno es bipolar, pero este es otro problema), es el grupo el que debe resolver el conflicto, esto es horizontalidad y es el grupo el que se debe responsabilizar de las consecuencias de esa resolución, tanto las positivas, como las negativas.
B. El desarrollo de la intraemprendeduría. Sería el segundo escalón en una resolución de conflictos horizontales. Y tiene que ver con la generación de auto-responsabilidad en aquello que crees y estás desarrollando internamente. Este espacio está cero desarrollado en España y es una responsabilidad de identidad nacional empezar a hacerlo, puesto que mientras no lo hagamos, seguiremos teniendo los mismos ejecutivos mediocres de siempre y los mismos mandos intermedios mediocres de siempre.
Me gusta este tema y a modo de conclusión: No evitar el conflicto. No business no problems, no problems no business. Os dejo un trailer de House of lies, una serie sobre unos consultores que resuelven problemas o conflictos. Muy interesante.
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