Ya lo decía Javier Krahe: «No estés con la regla más de lo que es natural …».
Pensar que porque llegas a mucha gente, estás haciéndolo bien, es un error considerable. La regla es adecuada, es buena y además necesaria, pero es mejor llegar a 2 buenos que a 10 que no sabes si son buenos o malos.
Y esto es así por dos razones:
1. Por eficiencia y por tanto, para tener una mayor probabilidad de convertir tu negocio en algo real. Es algo así como pensar que has acertado con tu público potencial en la teoría (definiéndole) y en la práctica (encontrándole).
3. Por validez y por tanto para medir mejor el potencial de tu negocio, pues llegando a los que quieres llegar sabrás realmente si tus hipótesis se cumplen o no. Si llegas a muchos y no se cumplen tus hipótesis, no sabes porque no estás convirtiendo. Si llegas a los que tienes que llegar y no conviertes, pues nada, a cambiar se ha dicho. En este caso es asegurar que conoces lo que tienes entre manos.
Ahora bien, vivimos en un mundo que permite, mediante la tecnología, hacer muchas cosas y además hacerlas bien con una alta probabilidad, por lo que la targetización de hace 15 años, ya la podemos empezar a enterrar, para arriesgar con elementos más globales donde consigamos volumen, pero para ello, hay que empezar por «la unidad».
1. Piensa en los prototipos de personas que consideras serán más proclives a usar o comprar mi producto y luego generaliza.
2. Tanto si tu negocio es online o es offline, sal de paseo para analizar a quién se está digiriendo y donde te está robando la competencia a tus potenciales compradores. Vamos, dicho de una manera más académica; analizar las fortalezas de tu competencia.
3. Ser imaginativo aporta más valor que seguir la corriente. El riesgo es vital en estos momentos, pues los academicistas sobreviven si tienen muchas pelas, es lo que hay. La teoría es fácil de aplicar cuando hay medios. Pero no siempre es así. Por tanto innova.
Vale, ¿pero como innovo? Pues primero piensa donde te desenvuelves mejor, que no es más que lo que se te da mejor hacer. Es importante, pues existe una gran transversalidad de las habilidades, es decir, un contador de historias podrá ser capaz de trabajar aspectos de big data aportando un valor extraordinario, mientras que un ingeniero, puede ser, seguramente, un gran creador de ideas diferentes. El lema es: adapta tu talento a tus necesidades, porque si no lo haces así, realmente no es talento, es simplemente una habilidad con poco recorrido.
Una vez que tengas tu talento en vías de producir, surgirá el segundo elemento, el de crear, el de imaginar escenarios donde puedas aplicar ese talento y donde seguramente tu talento se multiplique. Toca dejar las riendas sueltas. Todo vale. La idea es ser capaz de que tus habilidades produzcan en favor de tu idea.
Ponerse a producir. Hay herramientas más que suficientes. Facebook, Google, Linkedin, Twitter, Reddit, etc. para desarrollar todo este proceso, teniendo en cuenta que tanto vale acertar con el público como acertar con el mensaje y que ese mensaje se diferencie del resto. Igual que una idea de negocio, la comunicación debe: Saber a quién se dirige, saber que quiere comunicar, ser diferente.
Terminamos como empezamos, si seguimos a vueltas con la cantidad es porque no hemos entendido que el terreno cualitativo ha entrado de manera importante aquí, por lo que más vale pocos cualificados que muchos sin cualificar. Aunque lo mejor sigue siendo, lógicamente muchos cualificados.
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