Seguramente sea uno de los próximos problemas con los que nos encontremos. Personas que se ven abocadas a emprender un negocio porque no encuentran un trabajo por cuenta ajena. Esto, que un coach vería como una gran oportunidad, es en realidad una gran puñeta para la gente que se encuentra en esta situación. No somos un país donde se premie la labor emprendedora y no me refiero premios económicos, me refiero al ambiente y contexto social que hay alrededor del emprendedor. Me refiero a que cuesta mucho emprender ¡y no hablemos de formalizar una empresa!
Todas estas personas que ante la diatriba de, trabajo por mi cuenta frente a trabajo por cuenta ajena, no lo dudaría ni un segundo: preferirían trabajar por cuenta ajena, están abocadas, con una alta probabilidad, al fracaso más estrepitoso, o en el mejor de los casos, si van tirando, a una infelicidad extrema, al estar tirando de un carro que no les apetece, ni les gusta.
Pero dicho esto, hablamos mucho de esta burbuja emprendedora y sinceramente creo que lo hacemos sin criterio. Este video tiene dos años, pero sirve para entender las diferentes opiniones sobre este fenómeno, aunque muchas van en la dirección de no creerse la burbuja, pero si el problema que subyace.
Bajo mi punto de vista, nunca tendremos superávit de emprendedores, aunque éstos sean forzosos y “malos”. Aunque éstos sean autónomos encubiertos y vayan a fracasar en el corto plazo. Nunca vendrá mal, a nuestra sociedad, tener negocios y personas fluyendo e intercambiando sus ideas. Está claro que las instituciones políticas son mediocres y en líneas generales, lo hacen, en el mejor de los casos, medio bien, pero esto no justifica que metamos la cabeza bajo la tierra para escondernos y olvidarnos de lo realmente importante, que es crear un ecosistema donde las ideas surjan de una manera más natural. Fomentemos, aunque sea sin criterio, pero fomentemos el que las ideas salgan del ombligo de cada uno y se pongan a trabajar o al menos a intentarlo.
Dicho esto, el problema es permitir que dicho fomento no tenga detrás elementos que permitan entender cuáles son las necesidades y vehículos necesarios para que esa corriente emprendedora, forzada o no, sea sostenible en el tiempo. Dicha sostenibilidad se debería basar en dos grandes pilares:
- Entender sobre qué está trabajando a corto, medio y largo plazo el contexto (pueblo, barrio, ciudad, comunidad, país).
- Medir los resultados para retroalimentar lo anterior
Los dos tópics anteriores afectan al desarrollo emprendedor y a su cultura de un contexto (pueblo, barrio, ciudad, comunidad, país) y no puede ser realizado exclusivamente por un entorno y conocimiento personal, puesto que hacen falta espacios compartidos, naturales y forzados, para entender el interés colectivo y para esto deben servir las instituciones, para canalizar de manera abierta las posibles líneas sobre las que los nuevos emprendedores, sin experiencia, deben establecer las bases de sus nuevos negocios. Y no es dirigir el emprendimiento, simplemente es que exista un mayor conocimiento compartido.
Están bien las ayudas, son necesarias, las facilidades, son inevitables, pero más importante es desarrollar un mecanismo que permita entender como se está moviendo el mercado global y cómo hay que redireccionar o pivotar, que es más cool, las ideas para que los negocios tengan mayor probabilidad de funcionar y mejor aún, que los emprendedores, sean forzados o no lo sean, puedan sentirse bien haciendo una labor gratificante.
Lo dicho, si te sientes perdido, necesitas ayuda y quieres algún tipo de apoyo, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. No somos amigos de solucionar problemas, si de acompañarte en la consecución de retos.
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