¿O no estás harto de que te digan continuamente que los mayores aprendizajes vienen de los fracasos? Pues si, lo que te imaginabas, es mentira. El fracaso está sobrevalorado porque se abusa de su importancia, porque se usa como una coletilla que permite vender y hacer un montón de conferencias y que los mortales nos sintamos bien porque ese o esa que es la leche, también ha fracasado, como yo. Un fracaso enseña poco, es, digámoslo así, simplemente una puñeta (por no usar una palabra más realista y directa). Hay dos tipos de personas que dicen que del fracaso se aprende mucho:
- Los losers, que son la mayoría de los mortales y donde el fracaso consiste en tener una depresión detrás de otra
- Los «cuatro» que han triunfado, que dicen que el fracaso enseña algo, porque al final han triunfado, pero sino, de qué dirían eso.
El fracaso solo pone a prueba un aprendizaje; el de volver a empezar. No conozco a nadie que diga que ha aprendido de los fracasos que ha tenido y que a continuación diga lo que ha aprendido de ellos. Es imposible. Eso o se engaña. Veamos, si hay un fracaso, tendemos a asociarlo a aquello que menos nos ha gustado. Por ejemplo, si nuestra empresa se va al garete, podremos decir, que nos hemos equivocado en una o un montón de cosas, pero nunca lo sabremos ni siquiera podremos concretar a no ser que. Por ejemplo, podremos decir que los socios no eran los adecuados, que no establecimos las métricas adecuadas, que no era el momento, que no conocía mucho el sector, etc. Todos ellos valen, o no. No sabemos si han sido todos o solo uno o simplemente una mezcla explosiva de todos ellos o … No sabemos, lo siento, todo serán intuiciones. Simplemente no hemos sabido sacar adelante la idea de negocio.
Lo que si es obligatorio entender es que el fracaso es inherente al devenir del ser humano, es más, se fracasa más que se tiene éxito y solo aquellos que son capaces de volver a empezar desarrollan algo que está muy de moda y que es lo que realmente hace que la gente tenga éxito, la resiliencia o resistencia al fracaso. Y, ¿sabéis otra cosa? estoy convencido que aquellos que triunfan son los que son capaces de ver en cada éxito pequeños fracasos (que en ese caso, si que puedes aprender de ellos) y en los fracasos, pequeños éxitos, que permiten abrir otra ventana más.
Los deportistas esto lo entienden perfectamente y por esto, un deportista preparado para el mercado laboral, es muy potente para entender vías de mejora dentro de la empresa. Un deportista de élite, está siempre alerta, porque cada fracaso no se puede repetir para que sea éxito, mientras que en el entorno laboral, si se pueden repetir escenarios parecidos a los que hemos fracasado.
Ni siquiera con este gráfico estoy de acuerdo. El éxito y el fracaso, tienen direcciones difusas y hay saber entenderlas y conocerlas. Las métricas y la experiencia deben hacer que cada acción responda a una estrategia, aunque es imposible que siempre sea así, y cuanto más entendamos el contexto, mejor nos podrá ir. Los Business Angels con gran experiencia dicen que invierten en diez negocios y saben que nueve se van al garete, mientras que uno les reporta el dinero invertido en los otros nueve. ¿Fracaso, éxito? No me lo creo. Extrae tus propias conclusiones, pero no te creas la filosofía barata, por favor
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