Y las dos en mayúscula. Todo el mundo te dice que hay que invertir en las personas, difiero hasta cierto punto. Había un tío muy listo que decía que a las personas que no saben, hay que enseñarlas, a las que no pueden hay que ayudarlas, pero a las que no quieren, hay que pasar de ellas y tiene razón, aunque parezca algo nazi. Hay personas que se merecen una inversión ilimitada, diría que una gran mayoría, aunque no lo sepan. Pero las personas, en los negocios, cada vez valen menos sin ideas. Hasta hace 15 años, una persona que escribía muy bien lo que le dictaban era útil, ya no lo es. Hasta hace 15 años un buen vendedor era muy útil y ahora también, pero tanto uno como otro, se quedan cojos si no desarrollan ideas propias.
Las ideas propias, son únicas y hacen que la persona promocione su capacidad y la potencie y la eleve. Una persona sin ideas es, hoy por hoy, un trozo de madera con patas y sentimientos. Ojo, no digo que no haya que preocuparse por sus capacidades profesionales y personales, pero es así. Las ideas hoy en día son vitales y da igual que sean buenas o malas, pero son el medio de comunicación profesional que existe hoy en día. Pasaremos de: «¿cuántos contactos tienes?» a «¿cuántas ideas tienes y a cuántos se lo has dicho?» e inmediatamente: «¿cuántas has desarrollado?».
Nos metemos en un mundo hiperactivo en cuanto a ideas se refiere. Aquí no sirve el slow ideas. Lo siento, las ideas toman el poder y por esto las personas dejan de tener tanta importancia directa, como tal y por esto las entidades financieras deberán cambiar sus paradigmas sobre a quién prestan dinero y a quién no le prestan ni el saludo.
Lo siento por las campañas de «confiamos en ti», «confiamos en las personas», son falsas, consciente o inconscientemente, son falsas. La confianza la da la idea y el aval, la persona y cuando hablamos de aval, hablamos de lo que esa persona es capaz de hacer para desarrollar la idea y es aquí donde entra la persona, perdón la Persona. Lo que cuenta es la idea, y lo que hace falta son personas que lleven a buen puerto esas ideas, sea el creador de la idea, sea el vecino del creador de la idea. Por tanto establezcamos un proceso, llamémosle, de confianza, trust process (toma ya).
1. ¿Tienes una idea?
2. ¿Cómo la vas a llevar a cabo, cómo la vas a poner a funcionar?
Bueno, ¿habéis leído el texto de la foto? pues todo, lo contrario. Preocúpate, date prisa, ejecuta y no te tomes las cosas con tanta paciencia que te impida seguir haciendo. No se si es bueno o malo, pero el slow food, life etc, es para tu tiempo libre o si tienes tanta calidad y pasta que puedes hacerlo en tu vida profesional. El común de los mortales tiene que moverse rápido, tener ideas y ejecutarlas. No hay tiempo que perder.
Nosotros te ayudamos a desarrollar ideas y si no las tienes, también, seguro que te surgen. fitBiz te ayuda a entender si tu idea es buena y es diferente, no te quedes parado, actúa y ejecuta. Si, ya se, «pero es que no todos podemos tener ideas y/o desarrollarlas» lo dudo, pero aunque fuera así, las micro-ideas también valen. Emprender hoy está a disposición de mucha más gente que hace 5 años y dentro de 5 años estará a disposición de un mayor porcentaje de gente. De momento, un universitario que termine su carrera sin la capacidad de crear, no vale, y no depende de la personalidad o de la capacidad, simplemente no vale y los profesores que ha tenido, tampoco valen. Pero bueno, esto en España es normal, porque los docentes no tienen experiencia laboral de peso (en líneas generales), son docentes y punto y esto debe acabar.
En la Universidad, se deben empezar a valorar, en una fase intermedia formativa, las ideas, no el conocimiento y en una fase final, la capacidad para implementarlas. Todo lo demás, es paja. Dejemos esto para otro post.
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