Menuda pregunta. Cuando insistimos los que nos dedicamos a esto de trabajar junto con los emprendedores a formalizar, consolidar y desarrollar el negocio, nos encontramos a diario con esta pregunta sobre las métricas. En primer lugar, quiero decir que hoy hablaré de las métricas web, dejaré para otro momento las «otras métricas».
Las métricas, principalmente, tienen dos funciones: Describir e Impulsar. Describir la situación y conseguir entender mi ecosistema e Impulsar mi negocio, tanto en cuanto al impacto económico, como en el desarrollo futuro (nuevos servicios, por ejemplo).
Lo cierto es que hay dos tipos de métricas:
1. las básicas. Las que deben estar siempre encima de la mesa, porque te hacen entender bien tu negocio y poder compararlo con otros. La comparación es importante para saber si realmente mi negocio tiene recorrido y me permite contextualizar. Aquí encontramos las clásicas:
- Lo que te cuesta conseguir un visitante, una persona que se interese por tu servicio y una persona que te use o si te compra, mejor.
- Cuánto se deja cada usuario (si no es tarifa plana), en términos absolutos y en término de incremento de un periodo de tiempo a otro.
- Las diferentes tasas de abandono o de conversión.
- La línea de valor en el tiempo de cada cliente, que te va a servir para ofrecerle nuevos servicios y rentabilizarlo.
- Si fuera necesario, que desarrolles un coeficiente de viralidad, en el caso que interese entender como es capaz tu idea de moverse
2. Las necesarias, aquellas que definen concretamente a tu negocio y en esto caso se debe entender que aquí the fewer, the better, es decir, no debes tener más de 3 métricas necesarias. Una es ideal, dos vale y tres, son multitud. La idea es que exista la posibilidad de crear una (dos o tres) métricas suficientemente flexibles como para entender tu negocio de manera profunda y que permita trasladar un impacto económico a tu empresa adecuado (mayores beneficios, aumento de satisfacción y por tanto aumento de prescripción, disminución de costes, desarrollo de nuevos servicios, etc.).
Bien, una vez definidas las trivialidades, profundicemos en qué necesita una métrica, que aspectos tienes que pensar para el desarrollo de una métrica adecuada, tanto para las básicas como para las necesarias, aunque las básicas ya están muy pensadas y sobre ellas, aunque nos meteremos más adelante para analizar, no tanto explicarlas.
A. Teorizar, es decir, ¿qué quieres conseguir? ¿qué necesita tu negocio? ¿cómo eres capaz de desarrollar servicios basándote en los datos, métricas, que tengas? Piensa antes de empezar, porque lo del learning by doing está bien si sabes que quieres aprender.
B. Construir, es decir, ¿cómo vas a desarrollar la teoría? ¿cómo desarrollar la métrica concreta adecuada que explique todo lo anterior? Ahora toca pasar a modelar, entrar en el terreno numérico y ver que variables tienen que estar en cada métrica.
C. Interpretar, los datos y traducirlo, convertirlo en información real que permita trasladar el número, interpretarlo y saber como podemos conseguir mayor desarrollo de negocio y cómo lo puedo mejorar. De qué manera la métrica me ayuda a desarrollar nuevos servicios, a mejorar la relación con el cliente. Por ejemplo, un mapa de calor resuelve rápidamente y da una idea inmediata de lo que va bien y va mal. Un mapa de navegación, personalmente es un follón de mucho cuidado, no es ejecutivo.
En definitiva, quería mostrar la necesidad de medir, primero y de entender la simplicidad de la métrica, en segundo lugar. Es necesario, es vital medir, pero no debemos medir más de lo que sea necesario, tal y como diría el difunto Javier Krahe: «no estés con la regla más de lo que es natural». Por mi cuenta, me comprometo a escribir, no sobre métricas, pero si sobre la interpretación de las mismas.
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