Tengo ganas de escribir este post, pero se que no es fácil hacerlo. Estamos inmersos en una crisis brutal, pero no somos capaces de ver más allá de nuestras narices. Si pensamos como han ido desarrollándose las últimas crisis, podremos entender que cada vez éstas han venido siendo más y más duras. Vamos echando la culpa al petróleo, a la caída de Lehman Brothers (molaba que una empresa tan grande se llame Hermanos Rodríguez), etc. Pero creo que hay algo más, mucho más. Una de esas cosas, son los modelos productivos, es decir, como organizamos la producción de este país. Otro es el modelo económico y otro el cambio generacional y por tanto el modelo social. Y también otras razones menos estratégicas y más tácticas, como por ejemplo, la invasión de políticos profesionales, que no tienen ni puñetera idea de qué es una empresa y que su trayectoria se basa en ser cachorros del partido y haber aprendido de otros teóricos, no gente con experiencia real. Pero voy a escribir solo a propósito del primero, los sectores productivos.
Los sectores de este país son y están estancos. No están vivos, están muertos, no tienen sentido. Tenemos el sector de la energía, plagado de lobbies, el de la automación, ídem de ídem, el de la alimentación, etc. Hemos amoldado la nueva sociedad a sectores emergentes, pensando que introducir sectores «molones» era una forma de modernizar nuestra economía. A la cabeza de esta estupidez redomada, el I+D+i (que podríamos ampliar con O+T+A y ya tenemos la palabra completa) o el sector de la sostenibilidad, algo demasiado fuerte para una mente sana. En fin, sectores que por si solos no tienen sentido, pero que juntos tienen un gran sentido colectivo y una fuerza enorme.
Y aquí voy, debemos tender a eliminar sectores productivos tal y como los tenemos, estancos y empezar a pensar en sectores transversales. Propongo un sector que junte el de la salud, el ocio, la alimentación, la sostenibilidad, la innovación y el desarrollo (y más que podrían unirse), sin dejar cerrado la entrada de otros espacios. Vivimos en un país donde el sol, el mar, la montaña, la alimentación, con una gran sanidad pública (de momento), donde la última tecnología está al alcance de cualquiera. Todo eso debe unirse de forma natural y desarrollar en si mismo un sector, que podría ser exportable a otros países. La marca España vende fuera «cosas sueltas» y todavía no han entendido los políticos, que se debe de exportar conceptos globales. Vendemos jamón, sol, playa, etc. pero todo esto de manera independiente no vale. Italia vende más aceite en USA que nosotros porque éste forma parte de un concepto global que nosotros, los españoles no hemos sido capaces de construir. Italia sabe que todo está relacionado, que cualquier negocio será visto de una manera particular por el simple detalle de ser italiano, por ejemplo.
¿Hemos pensado alguna vez por qué no tenemos a ninguna universidad entre las 100 mejores universidades del mundo? No existe conexión con la empresa privada, no existe conexión entre el sector formativo y el resto de los posibles pilares que podrían generar un sector basado en el desarrollo personal y colectivo. Un sector basado una nueva forma de entender los nuevos modelos relacionales (disruptivos, multiculturales, sociales, abiertos, etc.). Este es un ejemplo. Debemos entender que todos los sectores están entremezclados y esa complejidad es la que los hace más y más potentes.
Y aún así, no me quiero basar solo en la construcción de una marca, quiero ir más allá, a los sectores productivos. Quiero defender en este post que la salud hospitalaria, no puede ir sola y que si se desarrolla desde la alimentación saludable y desde la energía sostenible, por ejemplo, tendrá una mayor potencia y más probabilidad de crecer con éxito. No se trata solo de colocar placas solares en un hospital, sino de entender que el negocio de las placas solares debe crecer a la vez que crece la calidad hospitalaria y que la innovación no es tal si no está sujeta a la mejora concreta de otras áreas.
En este país hace falta una mayor flexibilidad en la ordenación de los sectores productivos, que ahora no son más instrumentos de presión al gobierno de turno. La automoción, por ejemplo, recibe enormes ayudas del estado (que luego le revierten a él en forma de impuestos), pero son acciones independientes, nada colectivas. Creo que estamos en un momento en donde debemos cambiar varios paradigmas:
1. Los sectores son estancos: No, los sectores deben interconectarse y desarrollarse tal y como se necesite en cada momento, de forma flexible.
2. Los sectores deben ser productivos por si solos: Los sectores deben buscar aliados entre otros sectores y mejorar las fórmulas de trabajo.
3. Los sectores necesitan apoyo público para su desempeño: Tampoco lo creo, lo que si debe hacer el sector público es no entorpecer y facilitar que los sectores produzcan y por tanto, paguen impuestos y generen puestos de trabajo.
4. Vale, pero la educación y la sanidad debe seguir siendo pública para que sea potente: Si, pero deben tener entidad y peso suficiente para que la sociedad vea su contribución en el terreno del crecimiento y de la equidad.
Trabajemos en un espacio multi-lo que sea y será el comienzo.
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