Siempre he considerado que cualquier profesión es buena y he defendido que se puede vivir de cualquier idea que te venga a la cabeza, pues el problema no es la idea, sino la capacidad que tengas para:

1. Que la lleves a buen puerto, es decir la desarrolles adecuadamente

2. Qué la comuniques correctamente y para eso, ponte en manos de especialistas.

3. Que encuentres a la gente que demanda ese servicio, que seguro hay muchos y que adaptes los gastos a los ingresos que puedas tener.

¿Dedicarse a ser psicólogo taurino? seguro que es posible. ¿Crees que puedes vender peines a calvos? pues dependerá de si les vendes antes un peluquín, pero bueno, todo es posible. Además, la estupidez humana no tiene límites y añade incertidumbre, para lo bueno y para lo malo.

idea original

Hoy quería hablar sobre el concepto de prototipar negocios. Mola el concepto, pero no se si se está usando para definir un formato de trabajo que ya existía y que ahora, en nuestro ánimo de no cambiar la forma de hacer negocios, sino cambiar el nombre de lo que hemos hecho siempre, se pretenda simplificar algo que es verdaderamente importante y delicado, como es colocar los pilares de un negocio con una serie de premisas:

1. Transformar una idea en una idea original. Un prototipador debe ser capaz de transformar ideas, la capacidad de ver ideas buenas y convertirlas en ideas diferentes y originales. Un consultor recibe la idea y le da forma junto con el ideólogo, un prototipador tiene que hacerla suya para poder prototipo el negocio.

2. Conseguir que esa idea original sea un negocio (vamos, que sepamos lo que ofrecemos, lo que nos diferencia y a quién nos dirigimos). Aquí existen grandes paralelismos con un desarrollador de negocios al uso, pero mi experiencia me dice que es en este punto donde la diferencia entre un prototipador y un desarrollador de ideas es la forma de trabajar.
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3. Que tenga consistencia económica. Sin comentarios, números y números, métricas y métricas, por lo que en este caso se ejerce de consultores numéricos. Y sobre todo, que se consiga el equilibrio necesario entre gastos e ingresos.

4. Que tenga capacidad de moverse a un lado y a otro con cierta facilidad. Y es aquí donde el concepto prototipador toma toda su importancia, toda su esencia. Prototipamos para poder movernos fácilmente o ágilmente. No montamos negocios, montamos conceptos movibles y esto es lo complejo. De qué manera un negocio se desarrolla para poder movilizar todo su modelo de negocio en cero coma (qué pijo me he vuelto).

5. Qué tenga una mochila ligera (costes, personal, esfuerzos innecesarios, etc.). Esto es otra variable a diferenciar entre un desarrollador o consultor y un prototipador, mientras que el primero se quiere asegurar de que la idea de negocio triunfe, el segundo tiene una doble vertiente, que el emprendedor no se arruine y si me apuran, otra más, que

6. La puesta en marcha. Aquí no solo buena fe y colaboración mutua. Aquí es donde toma peso el valor efectivo del prototipador. Un buen prototipo es capaz de entender si se están haciendo bien las cosas o simplemente se está sobreviviendo. Aquí se ponen en marcha las líneas maestras del prototipo de negocios y su funcionamiento. Un motor que permita entender si estamos o no estamos en la buena dirección y en caso de no estarlo, de qué manera tenemos que actuar. Este motor debe ser suficientemente ágil para que perdure en el tiempo (al menos el primer año de vida del negocio).

qué es un prototipo

Como podéis ver es una nueva forma de enfocar el lanzamiento y consolidación de los negocios, una forma más efectiva y donde el sentido parte de la idea del mercado, esa idea, que como he indicado antes tiene todo el sentido del mundo siempre y cuando responda a los tres puntos que indicábamos al principio.

Lo dicho, si te sientes perdido, necesitas ayuda y quieres algún tipo de apoyo, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. No somos amigos de solucionar problemas, si de acompañarte en la consecución de tus retos.